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(Historias de la Vida Real)
Amados seguidores, ya estoy de vuelta para entregarles más historias al más puro estilo TLO. Esta vez, descubriremos que cuando estamos marcados por el destino, no podemos hacer nada por cambiarlo.
Corría el 9 de mayo cuando mi paciente, alias "Pulgarlitros", celebraba su cumpleaños junto a sus amigos en una animada reunión. El malón le llevaba choripan, birras y vinés, además de un grupo musical que entonaba melosas canciones (onda "Tus viejas cartas"). Como siempre, la celebración que se desarrolló en el bosque derivó a la casa de Pulgarlitros donde se organizó un baile al que asistieron todos los personajes del Verde Bosque. Sin embargo, había una precaución: Pulgarlitros tenía un hermano ogro, que dormía como un bebé. Todos convinieron en no meter mucha bulla y comenzó el bailongo alegremente (Alé Alé) al ritmo del Murguero.
A medida que se sucedían los bailes, Pulgarlitros y La Leona, que era invitada de honor, comenzaron a bailar muy cercanos (onda adobo), a vista y paciencia de los Gatitos, el Negro, Papapablo y los demás invitados del malón.
Pero ocurrió la desgracia. "De un de repente" se escuchó un rugido desde la habitación del ogro. Pulgarlitros entró sólo a combatir la furia de su hermano. Se escucharon los gritos y los bramidos. Minutos después, Pulgarlitros salió huyendo con las botas de 7 leguas que le prestó la bruja del oeste. Pulgarlitros se refugió en una cueva para evitar el ataque del ogro, pero se encontró con La Leona que, so pretexto de consolarlo, volvió al ataque y concretó otro de sus frenéticos cazueleos.
No incurriré esta vez en detalles, porque aún se tramita una querella en mi contra. Pero Pulgarlitros y la Leona cazuelearon hasta que él recuperó el brillo en la pelá y el sol salió para ambos (es fuerte lo de ellos)......Y Para Qué!!!!
Dr. Chepo