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(Historias de la Vida Real)
Seguramente no me conocen, pero luego de leer esta columna empezarán a hacerlo. Mi misión aquí es contarles lo insólito de la vida, y mostrarles situaciones muy al estilo Tirate la Otra.
Nuestro primer caso es Claudia, una niña como tú, tímida, paciente, tranquila, en fin...una niña buena.Ella se fue de vacaciones a la casa de su prima. Todos los días se juntaban a jugar canasta y tomarse un rico tecito.Pero el destino le tenía a Claudia una triste sorpresa.
Un día, ella le echó a su té unos palitos de canela y el cambio fue inmediato. Comenzó a bailar de una forma extraña (onda Ambra) y a gritarle a sus amigos: "¡Surprise in the night! que la noche se va a acabar!". Salió aquella noche a bailar y me di cuenta de su cambio: no la sacaban a bailar, ella sacaba a bailar. Cuando escuchó cantar a Joe Cocker se desencadenaron en ella una serie de movimientos eróticos que dejaron atónitos a todos en el lugar (ya quisiera yo que me bailaran así). De un momento a otro, el efecto de los palitos terminó y Claudia huyó de aquel lugar. Aún no se la encuentra. Es triste lo de ella.
Como moraleja les puedo decir que nunca confíen en los palitos, por largos, anchos, duros o blandos que sean. Si lo hacen terminarán perdidos como la pobre Claudia.
Un campesino aseguró haberla visto corriendo en paños menores por un camino de tierra, la perseguía un perro llamado ADOLFO y un galán ecológico llamado OLIVER. Cualquier información, comuníquese a su departamento de policía local o al FBI.
Dr. Chepo